Son espacios donde nos refugiamos del estrés y la rutina, nos comparten su silencio reparador, sus colores, aromas y su música sutil.
El contacto con la naturaleza, a través de los espacios verdes urbanos, desde un balcón hasta un parque, armonizan el estilo de vida de todos los seres humanos; favoreciendo su sensación de paz.
Además, fomentan la creatividad y productividad, incrementan la tolerancia a la frustración, resiliencia y buen humor.
Por otro lado, el papel que juega la naturaleza en la salud y cómo se aplica a las
actuales terapias; ha demostrado que ejerce un efecto calmante y organizador en nuestro cerebro.
Por ejemplo, las personas que se ven afectadas por el Síndrome de Tourette, suelen presentar tics e impulsos verbales a diario, pero la contemplación de la naturaleza es clave para reducir su frecuencia.
De acuerdo con esto, quienes padecen demencia senil o Alzheimer tienen un sentido muy reducido de la orientación, con respecto a su entorno. Además, no recuerdan por ejemplo, cómo atarse los zapatos o cómo usar los instrumentos de cocina. Sin embargo, al usar la jardinería como técnica
terapéutica, se revela que respecto a estas tareas específicas, si saben exactamente cómo trabajar la tierra, realizar un transplante o cuidar un jardín.
Oír el agua correr, el sonido del viento, las hojas moverse y el canto de las aves; nos teletransportan a esos espacios que recordamos con apego, porque nos brindan bienestar.
Te invitamos a crear tu propio
refugio natural, navega por las notas de nuestro
blog y conoce alguno de nuestros tips.