Los cercos verdes que habitualmente vemos en los jardines, se componen de árboles y arbustos rústicos de una o varias especies, que presentan un crecimiento constante. Generalmente, los cercos se utilizan para delimitar espacios, decorar jardines y atenuar sonidos del ambiente. Veamos en esta nota, todas las utilidades que tienen estas preciosas barreras verdes.

Al comienzo de la nota nombramos solo un par de usos que se les da a los cercos, ahora ampliaremos un poco más sobre sus funciones.

• Dividir espacios y sectores dentro del jardín.
• Reducen el ruido y todo tipo de contaminación.
• Son muy estéticos. Muchos presentan flores y frutos de diversos colores que se funden con el paisaje.
• En el diseño se puede jugar con conjuntos monocromo, colores armónicos y contrastantes.
• En espacios de mediana magnitud se podrían lograr combinaciones con variación dinámica a lo largo del año (variación estacional) si se trabaja en paralelo con arbustivas y herbáceas, dentro del mismo cerco.

Qué especies son ideales para los cercos verdes 

• El Pyracantha es un arbusto rústico y económico que presenta flores y frutos interesantes. Es alto y vigoroso.
• La Ligustrina, es uno de los arbustos más conocidos, tiene un follaje llamativo y es muy sencilla de cultivar. Es muy resistente al frío pero necesita poda cada tanto.
• La Olea Texana, aporta al jardín un contraste maravilloso producido por sus verdes hojas y sus flores blancas. Puede llegar a los 4 metros de altura.
• La Fotinia, es una especie que soporta fríos extremos y heladas. Presenta brotes con tonos rojos en primavera y pequeñas flores blancas.

Imagen: Emilio Kuffer