El diseño biofílico es la incorporación de elementos de la naturaleza en espacios urbanos, que tiene como principal objetivo utilizar a nuestro favor los beneficios de lo natural y favorecer a que las personas se sientan a gusto y conectadas con el entorno donde desarrollan sus actividades diarias. Tanto en espacios abiertos como cerrados.

Siempre que ingresamos a un lugar, ya sea conocido o no, nuestro cuerpo de manera intuitiva y natural recibe toda la información que ese espacio nos está comunicando y transmitiendo. ¿Cómo? A través de sensores que captan dicha información y la envían al cerebro, pero… ¿Qué es lo primero que percibimos? En primer lugar, captamos información sobre cómo es el espacio, qué sonidos vienen de él y hasta qué olores se perciben.

Entonces, el diseño biofílico lo que busca es principalmente generar una conexión visual con el visitante, a través de aberturas y ventanales de vidrio que pongan a la vista elementos de la naturaleza. Generando, además, conexiones no visuales, desarrollando, a través del mobiliario o la tecnología estímulos auditivos, táctiles, olfativos, gustativos o sensoriales, que tengan una referencia positiva con lo natural.

Este estilo de construcción y ornamentación tiene en cuenta, además, la sensación térmica que el espacio genera, para que el mismo tenga similitudes con la naturaleza. Se busca, también, incorporar elementos o mobiliarios que tengan agua, ya que esto mejora la experiencia y sensaciones de un lugar a través de la vista, la audición y el tacto. La luz no es un detalle secundario y se busca jugar con las intensidades y las sombras para crear espacios mucho más cálidos, reconfortantes y naturales.

Si quieres conocer más de esta tendencia arquitectónica que nos conecta con lo esencial, nos traslada a entornos naturales y renueva las energías, ¡Visita nuestras redes sociales @jardinya.landscaping!

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